Llegué a Bertoni por aquella apología que hace de la mujer, encumbrándola en una especie de idolatría deidal. Eso conectó con mis sentires. Luego de salir del espasmo que produce la belleza femenina me descubría literalmente invocando a instancias de alto vuelo como a la madre tierra, a santa María, la madre selva, el santo cielo o a la madre de Dios, en fin, un sistema deificado y muy femenino, como fuente proporcionante de un éxtasis Ya místico.
El poeta y fotógrafo de Con con me dirige hacia la lectura de Sta. Teresa de Jesús y descubro el relato de la transverberación, la obra "éxtasis de Sta. Teresa" de Bernini cobraba en mi especial fundamento. Hace pocos días, durante un largo regreso... mi piel advirtió cierto calce con la experiencia del éxtasis místico, al menos mi sintaxis lo pronunciaba. Placer y dolor en un compenetrado momento existencial, "segundo sutil".Grandes piezas de mi rompecabeza aparecían como imágenes evidentes de un Yo total.
dleiva a las 22:30
